jueves, 7 de julio de 2011

Caminando por el Bosque Río Abajo en Utuado…

Esta fue nuestra última exploración en Utuado, ya nos habíamos despedido de las Villas del Lago Caonillas y con medio día por delante decidimos recorrer las veredas de este bosque encantado. Este parque ha sido olvidado por muchos y sus portones estaban cerrados… pero su belleza alimentó nuestros sentidos por varias horas y prometemos regresar para explorar su cueva con detenimiento.


Se observa la naturaleza reclamando su espacio y el limo verde crece sobre el pavimento y las estructuras añadidas para la comodidad de los que aquí acampan.


En el estacionamiento principal (al cual entramos por el lado de la verja) encontramos un mapa de las veredas colocado por una tropa de niños escucha. Le tomamos esta foto para que nos guiara desde la cámara durante la caminata. Siguiendo nuestro recién descubierto amor por el mundo subterráneo decidimos explorar la vereda que culminaba en una cueva.


Las veredas están hechas de piedras rugosas (de las que duelen si te tropiezas y dejan una marca si te caes) así es que deben llevar zapatos cerrados y cómodos. Ahora, también hay áreas fangosas por lo que conviene tener otro par de zapatos en el auto.


La ruta hacia la cueva estaba muy bien identificada y la caminata desde la callecita hasta la cueva no es muy larga (alrededor de 20 minutos) pero el calor es intenso y la humedad te arropa, así es que muy pronto comienzas a sudar. Esta es, creo, la primera vez que veo a mi hermana con el cabello en una dona (siempre lo lleva suelto).


Tod@s traíamos el traje de baño puesto y nos desilusionó un poco no encontrar un río en el Bosque Río Abajo. A través de la vereda nos cruzamos varias veces con una quebradita que apenas nos servía para refrescarnos los pies.



Solo al llegar a la hermosa cueva le pudimos dar sentido al nombre. El sonido de la quebraba se amplificaba bastante dentro de la cueva. Es un sonido que invita, que tranquiliza… un sonido que inspira los sentidos (puedes imaginar como se ve esta cascada, imaginas como se sentirá el agua fría cuando toque tu cabeza).


No puedes ver nada en la cueva pero el flash de la cámara nos permitió tomar fotos de lo que no veíamos y seguimos la ruta del agua utilizando las imágenes de la cámara y la luz de un celular.



Hay un río bajo esta cueva (Bosque Río Abajo) y no pudimos explorar el mismo por falta de equipo y porque llevábamos una carga muy valiosa (nuestra hija de 4 años). Pero sus recovecos nos dejaron hambrientos y pronto volveremos a saciar nuestro apetito por la aventura.



Hay algo mágico y místico en este lugar… detenerse a oscuras dentro de esta cueva a observar el verdor y la belleza del bosque puede lograr un cambio en tu forma de ver la vida. Compartir estas experiencias con la gente que amas… pues lo magnifica todo.


Luego de explorar el bosque (veredas y la cueva) por varias horas, el hambre se hizo sentir, así es que regresamos al área de acampe.



Disfrutamos de un picnic en una de las áreas disponibles para este propósito. Aprovechamos además las facilidades de agua para limpiar los zapatos que tenían una doble suela de fango y hojas…



Esperamos que este blog les inspire a explorar las bellezas de nuestra isla y les ayude a poner a nuestr@s chic@s y los no tan chic@s en contacto con la naturaleza.

3 comentarios:

  1. Valiosa información, pienso acampar pronto allí ♥

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  3. Vivo en una de las últimas casas que puedes ver antes de llegar al área de acampar y me parece muy bueno este artículo. ¡Excelentes fotos! La cueva es pequeñita pero se disfruta, es muy bonito ver que aprecien este pequeñito lugar tan lleno de vida.

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